Ayer, fueron 2 llamadas.
Y justo hoy, me siento, reflexiono e intento encontrar en qué momento comenzó esto, en qué momento te convertiste en la más hermosa de las pesadillas.
Hubiese dado todo porque hubiese sido diferente, que ambos hubiésemos respetado los límites de la amistad, pero no ha sido así.
Aunque como dice una frase... "No cambiaría este dolor por nada del mundo", por paradójico que esto pueda sonar.
Lo que me hace reír, lo que me hace llorar, lo que me hace estar en un "sin vivir" todos y cada uno de los días, mi tortura, mi condena, pero también ese "algo" sin el cual, nada tendría sentido.
No espero que entiendas mis palabras, pues una vez más, me vuelvo a ver en un cruce de caminos, en el que es mi decisión saber elegir que ruta tomar aún a sabiendas de que no podré retroceder. Y me doy cuenta, de que haga lo que haga, piense lo que piense, y diga lo que diga, cualquiera de los caminos me llevara ti.