-Cada vez tengo más claro que soy adicta al dolor.
- ¿Adicta al dolor?
-Sí, al exquisito dolor de amar a alguien inalcanzable

jueves, 27 de octubre de 2011

Anyway.


Y la verdad es, tras una breve conversación de apenas dos minutos por teléfono, que te vuelves a dar cuenta de que él ya forma parte de tu vida. A veces con rencor, con resentimiento. Otras, con esa felicidad que sólo experimentas cuando estás a su lado. Pero siempre esta ahí, recordándote quién eres y el por qué forma parte de ti.

Porque aunque maldigas en múltiples ocasiones el día en el que comenzó todo, fue decisión tuya. Tú decidiste que te mirase, tú decidiste que te hablase, tú decidiste que él te abrazase y te llamase "amiga". Y aunque a veces sea duro acarrear con las consecuencias, sabes que no te arrepientes de nada y que volverías a repetirlo cuantas veces fuese necesario.

Sabes que te quedan aún muchos momentos por delante en los que te entrarán ganas de tirar la toalla y de mandarle a tu particular baúl del olvido. Pero también sabes, que por mucho que llores, por mucho que sufras, siempre habrá días como el de hoy en el que tras hablar con él un par de minutos, cuelgues con una sonrisa. Esa sonrisa que sólo él te provoca, la misma que te sale cuando lees esto.

Él será todo lo malo que tu digas que es, te hará derramar las lágrimas que pienses que ya no te quedan.

Pero le quieres. Y le querrás como pensaste que jamás podrías querer a nadie.

sábado, 22 de octubre de 2011

Cambios.


Se recostó sobre el respaldo de su silla y contempló las dos instantáneas que había frente a ella. La primera, reflejaba un odio desmesurado hacia esa persona, una persona a la cual no se cansaba de criticar, y de desear que desapareciese de la faz de la tierra. Recordaba como cada día que pasaba por ese teatro esperaba encontrárselo, para poder gritarle hasta que no le quedase voz.

La segunda instantánea estaba tomada apenas un año y un mes después. En ella, los labios de él y los suyos parecían diseñados únicamente para encontrarse frente a frente. La mano de él acariciaba su rostro con suavidad, mientras a ella se la apreciaba completamente rígida ante esa cercanía.

Cerró las fotografías y suspiró, pensando en como las cosas podían cambiar de un momento para otro, de como efectivamente, del "odio al amor" había un paso. Y viceversa. No pudo evitar preguntarse si era posible retomar ese odio que sentía hacia él, pues al fin y al cabo era lo que necesitaba para dejar de torturarse todos y cada uno de los días.

Pero una pregunta aún mayor la atormentaba a cada instante, como la sombra del atardecer al caer sobre las calles de su ciudad.

"¿Y si él se hubiese portado de otra manera? ¿Y si ella no hubiese deseado intentar conocerlo realmente? ¿Y si después de verle hubiese decidido volver a su vida, sin estar pendiente de la de él?"

¿Y SI NADA HUBIESE OCURRIDO?
¿HABÍA MERECIDO LA PENA?

¿VOLVERÍA A REPETIRLO?

Pero ella ya sabía, que esas preguntas jamás tendrían respuesta.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Y sucedió.


Tal y como predije, pasó exactamente lo mismo que me imaginé.

No tuve fuerzas para negar sus abrazos, ni ganas de reprocharle todo el daño que me había causado. Ni siquiera las tuve para ser yo misma, pues muchas veces te dije tiempo atrás "Sólo soy yo cuando estoy contigo".

El problema radica principalmente en que la persona que vi este fin de semana no eras tú. Físicamente sí, claro está. Pero no eras tú. No vi esa ternura que te caracterizaba, ni esas sonrisas sinceras, ni esa luz en tus ojos, ni ese sentido del humor que tanta gracia me hacía.

Y por supuesto, como mencioné. Volviste. Volviste para recordarme lo bien que encajaban nuestros labios cuando me besabas, volviste para demostrarme que eras capaz de hacer trizas mi orgullo una y otra vez. Pero no sentí nada. Absolutamente nada.

Qué bien sienta respirar al fin libremente... Pensé que este día no iba a llegar jamás. Y al final, cuando menos lo he esperado... Ha ocurrido.

Te doy las gracias. Millones de veces. Gracias por todo. Pero sobretodo por demostrarme que la persona que amé ya no existe.


jueves, 13 de octubre de 2011

Tomorrow.


Apenas las 12 de la noche y ya siento como se desliza por mi garganta la 4º tila que me he tomado en menos de 3 horas.

¿Nervios? Sí. ¿Miedo? También.
¿De qué?

De no tener el valor suficiente para enfrentarme a él con la cabeza fría y los sentimientos bajo llave.

En 16 horas estaré allí.

Me marcho a vivir, mientras tanto, vivir vosotr@s.

El Lunes os cuento.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Volverá.


Volverá.

Pero no para quedarse. No para susurrarme en el oído que sólo me necesita a mí o para prometerme que nos queda una eternidad juntos.

No.
No es su estilo.
Nunca lo ha sido.

Volverá para recordarme lo infinitamente bien que encajan sus labios con los míos.
Volverá para demostrarme que es capaz de echar por tierra mis defensas tantas veces como yo jure haberle olvidado.

Volverá porque quiere.
Pero NO porque me quiera.



2 días...

lunes, 10 de octubre de 2011

Like a skyscraper...


A sólo 4 días y mi cabeza es un remolino de pensamientos, y mi cuerpo un manojo de nervios. Odio los días previos. No duermo, no como, las manecillas de reloj simplemente no avanzan...

Ni siquiera sé que haré después de 6 meses sin verte. ¿Lo más seguro? Te daré ese abrazo que llevo deseando darte desde ya ni recuerdo cuando, por todo lo que te he echado de menos, por todo lo que te he necesitado, y porque mi propio cuerpo me lo pide. ¿Nunca os ha pasado? ¿Que al abrazar a una persona en concreto la mente finalmente se queda en blanco, que sentís que al fin estáis en casa, y que pertenecéis al pequeño espacio entre sus brazos y él?

Y seguramente después de ese momento, me encantaría empujarte con todas mis fuerzas, incluso hasta hacerte daño, por todo lo que no me has dado estos meses, por todos los días que no has estado cuando más te he necesitado, por todas esas llamadas sin respuesta, por esa felicitación que no recibí el día de mi cumpleaños, por esos 3 meses que has estado sin darme señales de vida, por las lágrimas que he derramado, por todo el odio que llevo acumulado.

Y por último, me echaré a llorar. Lo sé. Pero no serán lágrimas de alegría o de tristeza, si no de liberación, de la frustración de haber tenido que callarme todo esto durante todos estos días y poder decírtelo finalmente. Y entonces es cuando me gustaría que me abrazases, que me pidieses perdón por todo el daño que me has causado y me jurases que nunca más vas a volver a hacerlo. Que me dijeses que te importo, ¿Sabes? Pero que te importo DE VERDAD.

Aunque como siempre, esto son cavilaciones. Finalmente acabaré abrazándote como una niña pequeña y sonriéndote con la mejor de mis sonrisas, feliz de volver a estar contigo, con mi amigo.

Entonces es cuando me doy cuenta de que la mente no está unida al corazón, ni viceversa. Que cada uno va por libre, y que cada uno te falla siempre en los momentos más importantes.

Pero como dice la canción:

Puedes tomar todo lo que tengo,
Puedes romper todo lo que soy,
Como si estuviera hecha de cristal, como si estuviera hecha de papel
Sigue adelante y trata de derrotarme,

Creceré desde el suelo... como un rascacielos

sábado, 8 de octubre de 2011

It's my time, it's my moment, It's MY LIFE.


Y es que... No todo son malos momentos y un sufrimiento continuo...

Porque sí, en 6 días te veré, pero también veré a una de las pocas personas que ha demostrado estar conmigo contra viento y marea, una persona que me ha hecho ver que no todo es blanco o negro, si no que también existe una amplia gama de grises. Mi amiga, la locura en persona, la misma que sé que si no sale todo bien cuando llegue ese día estará ahí para sacarme una sonrisa y no dejar que me venga abajo.

La verdad es que SÍ tengo ganas de que llegue el día, tengo ganas de disfrutar, de sentir el aire entrar en mis pulmones y expulsarlo al igual que haré con todos mis miedos. Quiero bailar hasta que no sienta los pies, quiero reír hasta que no pueda respirar, quiero disfrutar de ese fin de semana en compañía de la que a día de hoy, considero mi mejor amiga.

Y si él no quisiera escucharme, quisiera al menos volver a mi casa pensando que bueno, que él no estuvo ahí, pero que al menos, viví en compañía de las personas que más quiero las mejores fiestas de mi vida.

¿Egoísta? Pues sí. ¿Y?
Que más da. La vida es un constante ir y venir de personas y de emociones. Y creo que ya es hora de dejar a mi corazón y a mi alma vivir, pero vivir de VERDAD.

Además, me llevo a Michael conmigo. Y eso es un motivo más para ser feliz.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Masoquismo.


Que no, que no sé que va a pasar.

No sé cual será mi reacción cuando escuche ese sonido de pasos que tengo tan bien guardados cruzar por el umbral del hotel.

No sé que sentiré cuando tu mirada se cruce con la mía después de 5 meses sin verla.
No sé si te abrazaré, si me echaré a llorar de pura frustración, o si me quedaré estática en mi sitio, sin saber cómo reaccionar.

Ni siquiera sé si sentiré algo. Quiero creer que no, y el no estar segura de eso mismo es lo que no me deje dormir por las noches. No podría soportar marcharme de allí tras 3 días pensando "¿Otra vez caí?"

No puedo ni imaginarme el tormento de lo que sería pasarme más meses en vela pendiente del teléfono móvil, sin poder dormir, prácticamente sin poder vivir mi vida. De repetirme una y otra vez "tengo que salir de esto", y que tu recuerdo me lo impida.

No podría pasar por eso otra vez más. Ya lo hice una vez, ya tuve el valor de enfrentarme a ti después de haberme prometido firmemente que ya no formabas parte de mis sentimientos. Y fallé. Ahora que creo tenerlos de nuevo bajo control, difuminándose debido al paso de los meses, si volviese a caer...

Tengo que decirme una y otra vez a mí misma que tengo que ser fuerte, que no puedo permitir que pisotees mi orgullo una vez más.

Pero si no quiero caer, si no quiero sentir, si no quiero sufrir, si no quiero llorar...

¿Para qué voy a ir a verte?


Esa es la pregunta. La pregunta que me temo que nunca jamás tendrá respuesta.