-Cada vez tengo más claro que soy adicta al dolor.
- ¿Adicta al dolor?
-Sí, al exquisito dolor de amar a alguien inalcanzable

domingo, 29 de abril de 2012

Conozco a una persona que es capaz de hallar la perfección en una fotografía, que es capaz de hacer un texto rebosante de hermosura.
Todo lo que escribe influenciado por su inspiración es encantador.

Así es ella, como las flores, pues  no sólo son bellas en apariencia sino que también irradian una fragancia indescriptible por sí mismas. A parte de su belleza exterior, que siempre se hace más  notoria con su sonrisa, permite que disfrutemos de su belleza interior conociéndola poco a poco y aprovechando su simple compañía.

Es capaz de querer a las personas por poco que le ofrezcan como un buen momento que se pueda recordar con una sonrisa. Con ella aprendí a demostrar mi cariño y amor sin temor alguno, pues no hay que avergonzarse de lo que uno siente si es realmente sincero. Nunca le dije a nadie que siempre estaría ahí hasta que llegó a mi vida. No utilizaba esa palabra hasta que la conocí y ahora sé que puedo usarla porque es verdadera, la siento cuando la digo y también la pienso. Sé que será así siempre.

Seguramente os preguntaréis ¿Cómo sabes que puedes confiar en alguien? Normalmente existen dudas porque no conoces a esa persona lo suficiente o porque no sería la primera vez que te traiciona. Sin embargo, cuando alguien te demuestra con hechos y palabras que realmente te quiere, sí confías. De hecho, llegas a confiar ciegamente.  Pues esos hechos son parte de su demostración acompañado, por supuesto, de las palabras, ya que no todas son tan sencillas de pronunciar. Y para mi esa es la única manera en la que se puede confiar en alguien  sin temores.

Quiero decirle que la quiero porque sólo me pide compañía y cariño, que son lo que ella también me da. Sé que nunca podré agradecérselo lo bastante porque los días a su lado son increíbles y jamás me he aburrido con ella. Porque me ha hecho ver que el amor sí es importante en la vida. Es una persona que se ha ganado gran parte de mi corazón y creo que nadie podrá ofrecerme tanto amor incondicional como ella en tan poco tiempo y en el que nos queda. Ella es mi ángel. Gracias, quererte es poco.

lunes, 9 de abril de 2012

Límite.

¿La verdad?
Estaba cansada. Esa era la única verdad.

Ya debería estar acostumbrada, pues llevaba así ya 2 años. Pero era ingenua, y sobretodo, estaba enamorada, y de eso sabía que nadie tenía la culpa.

Pero él se había encargado de sobrepasar el límite de su paciencia cientos y cientos de veces. De hacerle creer que para él, ella es alguien. De desaparecer durante meses. De volver a aparecer en el último momento. De aparecer, de esconderse. De su "Ni contigo ni sin ti". Llevaba jugando a lo mismo tanto tiempo...

Ella no quiere volver a pasar por un verano como el anterior. No quiere volver a llorar cada noche, a no dormir, a no comer, a NO vivir. Quiere su propia felicidad, quiere ser egoísta. El problema es que no sabe/quiere/puede serlo.

A veces, le gustaría acostarse para levantarse a la mañana siguiente y descubrir que todos esos años no han sido más que un mal sueño. Mirar la pantalla del móvil y leer un sms de la persona a la que más quería antes de que ÉL apareciese, deseándole los buenos días y recordándola cuánto la quiere. Ir al instituto, continuar con sus estudios, con su antigua vida, esa que ahora le parece tan sencilla.

Y en días como hoy, desearía más que nunca el no haberle conocido.

miércoles, 4 de abril de 2012

One more time.

... Y todo aquello que ella evitaba, esas miles de horribles sensaciones que la recorrían por dentro. Todo eso reapareció en el momento más inesperado.

Bastó una sola mirada, una mirada que ya creía olvidada desde hacía mucho tiempo.
Luego, una sonrisa, de esas con las que siempre soñaba, pero a las que siempre lograba enterrar en el pozo de su propio olvido.

El cruel destino colocó todo eso ante sus ojos. Ella sólo quiso salir corriendo, traspasar aquellas estúpidas cuatro paredes y, simplemente, no ser nadie. Gritar hasta quedarse sin voz y llorar todo lo posible, sólo para saber con total certeza que ya no volvería hacerlo, que lo había olvidado

Quiso ser capaz de todo aquello, de no desvanecerse en esa sonrisa y poder ser fuerte ante una mirada que debía resultarle casi común.

Pero no pudo, aquello la superaba completamente.

ÉL la superaba continuamente cada vez que aparecía.