-Cada vez tengo más claro que soy adicta al dolor.
- ¿Adicta al dolor?
-Sí, al exquisito dolor de amar a alguien inalcanzable

jueves, 22 de septiembre de 2011

Porque las cosas más simples siempre fueron las más importantes.



Así era él: La locura en persona. Nunca se le veía de mal humor. Y si lo estaba, siempre tenía una sonrisa para disimularlo. No dejaba que nada le afectase. Y es que... ¿No era mejor enfrentar a los problemas con humor?

Y esa alegría, esas ganas de pasárselo bien, me las contagiaba siempre. Aunque yo tuviese uno de mis días malos, era imposible estar alicaída en su compañía.

Aún recuerdo con cariño esos ataques de risa que nos entraban en las céntricas calles de Madrid. Esos en los que tenía que apoyarme sobre él para no desplomarme en el suelo. Esos en las que la gente que se nos cruzaba nos miraban pensando que estábamos borrachos y hacían una mueca de disgusto. ¿Te acuerdas? Estoy segura que sí.

Eso es lo que más echo de menos. Porque no necesitábamos nada más que un par de coca colas y muchas horas por delante. Y muchas, muchas ganas de reír.

Y la verdad es que... Contigo a mi lado aquellos días grises se disfrazaron de azul en muchas ocasiones, y eso... Siempre te lo agradeceré.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El tiempo es el único capaz de cambiar el rumbo de la historia.




Dicen que sólo puede volver quien se ha marchado.

Pero hace mucho que te marchaste, y empiezo a dudar que volverás algún día.

Espero que la persona que eras la tengas bien guardada dentro de ti, que no dejes que se pierda, pues aún tengo la esperanza de que en una semana, en un mes, en un año, en cinco... No importa, rezo porque vuelva.

¿Qué habrá sido de mí para entonces? No lo sé. Puede que mi vida haya dado un giro de 180º, o que siga preguntándome como estás. Puede que en la mañana que menos me espere suene el teléfono, y te oiga decir al otro lado de la línea "He vuelto"

Pero ese momento aún no he llegado. Y aunque tú hayas cambiado, yo sigo siendo la misma chica que espera que, en algún momento, seas feliz.

Ojalá algún día leas todo esto. Quizás entonces, puedas entenderme.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

Open my eyes



Y te das cuenta, tras una charla telefónica después de tantos meses, que lo bonito no es ilusionarse, o notar como una sonrisa aparece en tu cara y sientes que no se te va a ir de ahí nunca.

Lo bonito es que el tiempo te hace fuerte, valiente. Y aunque sigas estremeciéndote ante sus recuerdos, ya no te cuesta decirle las cosas como de verdad las piensas, ya no tienes miedo de ser sincera, de enfadarte si tienes que hacerlo, y de reprocharle actitudes que te han hecho daño.

Y la conversación se queda a la mitad una vez más, pero cuelgas el teléfono, suspiras, y sonríes al ver como poco a poco, vas soltando lo que tanto tiempo has estado callando. Y eso te hace feliz, inmensamente FELIZ.