Lo bonito es que el tiempo te hace fuerte, valiente. Y aunque sigas estremeciéndote ante sus recuerdos, ya no te cuesta decirle las cosas como de verdad las piensas, ya no tienes miedo de ser sincera, de enfadarte si tienes que hacerlo, y de reprocharle actitudes que te han hecho daño.
Y la conversación se queda a la mitad una vez más, pero cuelgas el teléfono, suspiras, y sonríes al ver como poco a poco, vas soltando lo que tanto tiempo has estado callando. Y eso te hace feliz, inmensamente FELIZ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario