-Cada vez tengo más claro que soy adicta al dolor.
- ¿Adicta al dolor?
-Sí, al exquisito dolor de amar a alguien inalcanzable

martes, 13 de diciembre de 2011

The story never ends.

Regresó.
En parte porque tú le buscaste y en parte porque puede que él realmente lo quisiese así.
Volver a oír su voz tras dos meses fue como aplicar una descarga eléctrica a lo más profundo de tu corazón, a ese incógnito lugar que tú por propia precaución te habías encargado de cerrar y que sólo dejabas que lo que contenía aflorase de vez en cuando, cuando el dolor fuese insoportable y necesitases purgar esa pérdida en tu interior.

Volver a escuchar su voz, fue dejar la puerta abierta a los recuerdos, pues pasaron uno por uno ante ti en aquellos escasos 5 minutos. Volver a escucharle reír, a hacer planes contigo, a escucharle decir "¿Cómo estás?"
Eres fuerte y lo sabes. Pero todo lo que sientes por él te queda grande, tanto que ya no puedes moldearlo a tu antojo ni apartarlo cuanto más te convenga.

Pero una vez más, al finalizar la llamada, sonríes y te encargas de encerrarla en ese pedacito de ti que como sabes está a buen recaudo bajo llave. Pues esa es una de las llamadas que no puedes creerte, no otra vez, porque volverías a engañarte a ti misma y eso no está bien. Tantos engaños a la larga no pueden hacerte más que daño. Y es que... ¿De cuántas formas se puede destrozar un corazón y esperar de él que siga latiendo? Él ya lo había roto en muchas ocasiones, y tú sola te habías encargado de ponerle las vendas, tantas veces como él apareciese de nuevo.

Entonces te despiertas tal día como hoy, y te encuentras con una mención por su parte, un "ya queda menos" que no te esperabas y que por lo tanto vuelve a sacudir violentamente tu corazón. Aunque... mientras él mantenga esa distancia física, el daño no será comparable al que te causará si realmente vuelves a verle. Quizás va siendo hora de que vuelvas a mentalizarte, a aparentar que estás perfectamente, sólo por si acaso te lo vuelves a encontrar. Sólo por si en ese momento te pregunta "¿Qué tal estás?" Tú puedas sonreír y decir con esa paz que te caracteriza "Bien"

A pesar de que sea mentira.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Again

Y es que la culpa es mía, por no querer marcharme del todo. Por seguir escribiéndote cada 15 días, por seguir velando por que estuvieras bien.

Y hoy tras un sms me has contestado " Me ha encantado!!! Qué ganas tengo de verte!!!!!"

Ojalá no lo hubieses dicho, ojalá no me hubieses hecho creer que es cierto, que de verdad tienes ganas. Sé que es mentira, como muchas de las cosas que me has dicho. Sé que de ser cierto ahora no estarías allí, que habrías movido mar, tierra y aire por venir aquí, a Madrid, aunque sólo sea para pasar un par de horas. De ser cierto me llamarías todos los días cada vez que tuvieses el más mínimo descanso.

Todo mentiras, únicamente meras palabras para mantenerme contenta.

Pero aún así... Ese mensaje ha hecho aparecer en mi rostro una sonrisa de esas que sólo tú me provocabas.

No puedo, no quiero seguir con esto. Estoy cansada. Sabes que te quiero, pero a veces es necesario parar, porque no es normal que anteponga mi felicidad a la tuya. Yo no era así. Hasta que llegaste. Y ahora por una cosa o por otra, no te terminas de marchar.

Y es culpa mía. Como al principio.

martes, 29 de noviembre de 2011

# 2


Vuelvo con otro recuerdo, hoy es uno de esos días en los que la fiebre y el malestar se apoderan de mí, síntomas que sólo él con sus divertidas charlas podía aliviar.

Estos momentos no llevan un orden determinado, es más, está todo lleno de saltos en el tiempo, pero no me importa. Hay quien dice que el orden de los factores no altera el producto, yo realmente lo único que deseo es terminar de contar nuestra historia para poder entregarme a una nueva que no tenga nada que ver contigo.

5 de Enero de 2011.

Me encontraba en Valencia capital, en un bar restaurante llamado "café & té", con la que en ese entonces era mi mejor amiga, Amanda. Estábamos esperando a Fran, pues aparte de habernos pagado el viaje, el alojamiento y todos los caprichos que quisimos, habíamos quedado con él esa última mañana para desayunar y estar un rato los 3 solos antes de volver a Madrid. Habíamos quedado a las 11 pero ya eran las 11:30 y aún no aparecía. Mi amiga se exasperó, impaciente. Yo me eché a reír, pues estaba más que acostumbrada a sus retrasos. Finalmente le reconocí al final de la calle. No me fue difícil. Podría haberle reconocido a 3 calles de distancia, pues hacía mucho tiempo, sin quererlo, me había vuelto aficionada a reconocer sus pasos, su manera de caminar e incluso de vestir.

Se acercó a nosotras. Dio dos besos a Amanda, a mí me abrazó. Me extrañó, como era de imaginar. Entramos dentro del restaurante y pedimos el desayuno. Fueron 2 horas muy divertidas, muy nuestras. Sin discusiones, ni preocupaciones. Simplemente, charlando animadamente y gastándonos bromas todo el rato. En algún instante de la conversación, me observó de ese modo que sólo él sabía hacer. Con ese cariño, esa ternura en la mirada que en ocasiones se transmitía hasta en nuestras fotos.

- ¡Cuánto te quiero...!-exclamó en un suspiro que se perdió en el aire.
Le miré sorprendida. Y él, siempre tan atento a mis reacciones, contestó:
-¿Qué ocurre? Me miras como si nunca lo hubieses oído.
-Pues es cierto. Es que nunca me lo has dicho.

Él sonrió, y con una de sus manos sujeto mi mentón con infinita delicadeza, acercándose a mí. Era en esos momentos en los que todo dejaba de existir, en los que sólo estábamos él y yo. Su dulce mirada, su piel sobre la mía, los latidos desbocados de mi corazón. Jamás me acostumbré a esa sensación.

Y su boca estaba a escasos centímetros de la mía...
-Te quiero.-susurró

Entonces, presionó sus labios contra los míos. Fueron apenas unos segundos, los suficientes para hacerme sentir que realmente podría morir en ese instante, y hacerlo feliz. Sabía que ese beso no tenía el mismo significado para él que para mí, pero... ¿Qué importaba? Estaba segura de que podría seguir viviendo de esos momentos para siempre.

_________________

Aún hoy, sigo buscando volver a sentir lo que sentía estando contigo, lo que sentía cuando tu mirada se clavaba en la mía, lo que una sola caricia tuya era capaz de estremecerme. No ha sido así. Pero no te preocupes, no dejaré de buscarlo.

jueves, 24 de noviembre de 2011

The last memories


Últimamente, me ha dado por recordar, quizás demasiado.
Se acercan fechas que fueron muy especiales para mí, y en días como hoy es inevitable que los recuerdos acudan a mi memoria. Es triste que sólo me quede eso de él, pero lo cierto es que fueron esos pequeños instantes los que en los meses tan tristes que vinieron después, me sacaron una sonrisa.

Os contaré en forma de historia los últimos 30 minutos de ese recuerdo. No fue el último, pero sí para mí. Porque esa fue la última vez en la que vi a mi amigo, y no a esa persona fría y calculadora en la que se ha convertido. Quizás, contando capítulos de mi historia a su lado, sea capaz de cerrarla para poder abrir una nueva, sin recuerdos que la obstruyan.

18 de Abril del 2011

Y allí estábamos los 3, por fin solos, pues durante todo el fin de semana había sido imposible tener ese momento de tranquilidad. Y hubiese preferido estar sola con él, pero no podía decir que se fuera a la que entonces era mi pareja. Aún así, no importó. Porque desde el primer momento que nos sentamos, supe que no me incomodaba, pues apenas formaba parte de la conversación. Tenía a mi mejor amigo frente a mí, hablando de cosas que no se permitía hacer, acerca no de su trabajo, si no de su vida más personal e íntima. Yo le escuchaba atenta mientras le observaba, mientras analizaba su intensa mirada. Ese fue el único momento en el que vi la mirada más pura y sincera en todo el tiempo que había pasado con él. En un momento complicado de la conversación, sus ojos brillaron, a punto de dejar brotar un par de lágrimas. Y como si de un acto reflejo se tratase, puse mi mano sobre la suya, que se encontraba encima de la mesa, reconfortándolo. Podría haberle dicho que no llorase, que me tenía ahí y que siempre estaría a su lado, pero sé que él lo vio en ese gesto, ya que me devolvió la mirada y me sonrió con dulzura. No pude evitar recordar un momento meses atrás en el que me había dicho "Tu mirada es lo que más me gusta de ti, porque es trasparente y sé enseguida si estás bien o por el contrario te pasa algo".

Volviendo al presente, fui consciente en ese momento de que no necesitaba mis palabras para saber que en mi caso, le estaba diciendo muchísimo más con mi silencio.

En un momento dado, tras esos duros momentos pero necesarios de sinceridad, solté una de mis bromas y comenzamos a reírnos. La verdad es que reír a su lado era tan fácil como respirar, pues las carcajadas fluían como la más leve de las respiraciones. Él, a pesar de tener una vida tan complicada, en los instantes en los que estábamos juntos, lo hacía todo sencillo. Me levanté y me senté a su lado, dándole un beso en la mejilla. Mi pareja cogió la cámara de fotos y disparó una. Ante la sorpresa nos volvimos a echar a reír. Él me devolvió el beso, para revolverme el pelo después con cariño. Ahí se disparó una segunda foto.

Luego, demasiado pronto, miró el reloj:
-Son las 11:00. Tengo que irme ya. ¿Me acompañáis a la recepción?

Asentí y nos dirigimos hacia allí, donde le esperaban sus maletas. Y mientras se acercaba al mostrador para recogerlas, luché todo lo que pude para no emocionarme. Ya debería estar acostumbrada a las despedidas y más con él, pero aún así el saber que se iba a acabar, que hasta dentro de Dios sabía cuando no íbamos a volver a vernos, me desarmaba por dentro. Sin poder evitarlo, un par de lágrimas cayeron por mis mejillas.

En ese momento él se dio la vuelta y caminó hacia donde me encontraba. Dejó las maletas a un lado y sin decir nada, me cogió de la mano para después envolverme en uno de sus abrazos, esos que tanto me gustaban y que tanta falta me habían hecho en determinados momentos. No quería llorar, no quería parecer una persona frágil, así que como pude me sequé las lágrimas con la manga de mi camisa.

-Isa...-le oí pronunciar.-¿Lo ves? Lo has conseguido.

Alcé la cabeza para mirarle. Para mi sorpresa, él también lloraba. Durante esos 2 minutos que estuvimos así, dejé que llorara todo cuanto necesitase, que sacase todo lo que llevaba guardado dentro.

Finalmente se separó de mí, sonriendo con tristeza.
-Te voy a echar mucho de menos.
-Pero nos volveremos a ver, ¿Lo sabes verdad?
-Claro que lo sé. Pronto. Muy pronto.

Y tras aquellas palabras, cogió las maletas y le observé hasta que desapareció por las puertas del hotel. Necesitaba quitarme esa sensación de pesadumbre, por lo que fui al baño. Abrí el grifo del agua, dejándola correr bajo mis manos durante largos minutos, para pasarlas después por mi rostro. Me observé unos instantes en el espejo, sin pensar en nada. Mi móvil emitió un zumbido. Miré la pantalla y vi que era un sms suyo. Sonreí al leer lo que decía "Gracias Isa, gracias por todo. Te quiero mucho"

Como decía aquella canción "La vida se nos va como el humo de ese tren", y yo me alegré a pesar de que tras tantas despedidas, hubiesen ciertas cosas que no cambiasen. Y aún hoy me alegro de que no lo hagan.


_____________________

Volveré pronto con más recuerdos. <3



jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Sabes tú a dónde va?


Recuerdos. Miles de ellos.

Ataques de risa, confesiones, complicidad, secretos, dulces palabras.
Malentendidos, discusiones, gritos, disculpas.
Pasión, sensualidad, besos, caricias, miradas cómplices, juegos, atracción.
Distancia, separación, miedo, angustia, lágrimas, llamadas sin respuesta, insomnio.

Y todos ellos, con él. Y lo que más pena te da, es que has dejado de amarle sin poder antes hablarle abiertamente de tus sentimientos, de todo lo que has pasado.

Otra semana más sin noticias suyas, otra semana más en la que el olvido está cada vez más presente. Y aunque deseabas con cada fibra de tu ser que ese momento llegase, sigues aferrándote a tus recuerdos con la poca fuerza que te queda. Pues aunque has sufrido lo que pensaste que jamás sufrirías, sabes que no cambiarías ese dolor por nada del mundo. Porque has amado sin reservas, sin condiciones, sin barreras. Has querido de verdad. Has guardado en tu memoria cada palabra, cada sonrisa, cada conversación, cada beso, cada promesa. Y es ahora cuando las sacas a relucir, pero te das cuenta de que su recuerdo se desvanece, que esa imagen de la que estabas enamorada, ya no está. Se ha marchado e intentas encontrarla, pero te das cuenta de que ya no hay más, que se acabó. Que ese bello sentimiento que sentías, ha muerto tras las agresiones constantes en estos 2 años.

No le quieres, pero sabes que él es importante. Rezas porque sea feliz, porque se levante cada día con una sonrisa, que disfrute cada segundo de su vida. Rezas porque ame a alguien de verdad, que sea correspondido, rezas porque un día te llame y te diga que finalmente lo ha logrado, que es feliz.

Tu mientras tanto, seguirás por tu camino buscando volver a sentir ese amor que sólo has experimentado con él. Ojalá vuelvas a amar de ese modo. Te lo deseo desde el fondo de mi corazón.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Cuando una puerta se cierra...


Han pasado ya 2 semanas desde la última conversación que tuviste con él. Le echas de menos, como siempre. Pero a la vez eres consciente de que no está pasando un buen momento y has decidido dejarle un margen para él sólo, para que piense, se despeje, y actúe en base a sus verdaderos sentimientos.

Pero... No podías estar esperando eternamente. Y ha aparecido otra persona en tu vida. Te atrae, te gusta y te sientes cómoda en su compañía. Las comparaciones son odiosas. Pero en el fondo de tu corazón, sabes que tu boca pide a gritos otros besos, y tu cuerpo otra piel, aunque todos estos días has estado reflexionando, haciendo balanza... Y es entonces cuando te das cuenta de que le echas de menos, sí, pero ya no tienes esa necesidad apremiante por verle y saber de él. Te encantaría llamarle y hablar con él, que te contase qué tal le va todo. Pero te das cuenta de que tampoco estás mal en compañía de otras personas.

No es abandonarle. Simplemente has separado tu camino del suyo. Has dejado que siga por donde tiene que ir, y tú en cambio has decidido resurgir una nueva vida de las cenizas de la anterior que él mismo había quemado.

Le sigues queriendo, eso ante todo. Aunque ha cambiado. Ahora quieres que respire... Aun así y ante todo, QUIERES RESPIRAR TÚ.

Te lo mereces, lo sabes. Y vas a disfrutarlo, a pesar de que siempre haya un pedazo de tu corazón y de tu mente con su nombre grabado a fuego. Porque sabes que siempre le querrás, más de lo que jamás has querido a nadie. Pero ya es hora de soltarte de su mano, aunque SIEMPRE tendrás la mirada pendiente de él por si se cae, ya que ahí estarás tú para ayudarle.

Eso jamás cambiará.

jueves, 27 de octubre de 2011

Anyway.


Y la verdad es, tras una breve conversación de apenas dos minutos por teléfono, que te vuelves a dar cuenta de que él ya forma parte de tu vida. A veces con rencor, con resentimiento. Otras, con esa felicidad que sólo experimentas cuando estás a su lado. Pero siempre esta ahí, recordándote quién eres y el por qué forma parte de ti.

Porque aunque maldigas en múltiples ocasiones el día en el que comenzó todo, fue decisión tuya. Tú decidiste que te mirase, tú decidiste que te hablase, tú decidiste que él te abrazase y te llamase "amiga". Y aunque a veces sea duro acarrear con las consecuencias, sabes que no te arrepientes de nada y que volverías a repetirlo cuantas veces fuese necesario.

Sabes que te quedan aún muchos momentos por delante en los que te entrarán ganas de tirar la toalla y de mandarle a tu particular baúl del olvido. Pero también sabes, que por mucho que llores, por mucho que sufras, siempre habrá días como el de hoy en el que tras hablar con él un par de minutos, cuelgues con una sonrisa. Esa sonrisa que sólo él te provoca, la misma que te sale cuando lees esto.

Él será todo lo malo que tu digas que es, te hará derramar las lágrimas que pienses que ya no te quedan.

Pero le quieres. Y le querrás como pensaste que jamás podrías querer a nadie.

sábado, 22 de octubre de 2011

Cambios.


Se recostó sobre el respaldo de su silla y contempló las dos instantáneas que había frente a ella. La primera, reflejaba un odio desmesurado hacia esa persona, una persona a la cual no se cansaba de criticar, y de desear que desapareciese de la faz de la tierra. Recordaba como cada día que pasaba por ese teatro esperaba encontrárselo, para poder gritarle hasta que no le quedase voz.

La segunda instantánea estaba tomada apenas un año y un mes después. En ella, los labios de él y los suyos parecían diseñados únicamente para encontrarse frente a frente. La mano de él acariciaba su rostro con suavidad, mientras a ella se la apreciaba completamente rígida ante esa cercanía.

Cerró las fotografías y suspiró, pensando en como las cosas podían cambiar de un momento para otro, de como efectivamente, del "odio al amor" había un paso. Y viceversa. No pudo evitar preguntarse si era posible retomar ese odio que sentía hacia él, pues al fin y al cabo era lo que necesitaba para dejar de torturarse todos y cada uno de los días.

Pero una pregunta aún mayor la atormentaba a cada instante, como la sombra del atardecer al caer sobre las calles de su ciudad.

"¿Y si él se hubiese portado de otra manera? ¿Y si ella no hubiese deseado intentar conocerlo realmente? ¿Y si después de verle hubiese decidido volver a su vida, sin estar pendiente de la de él?"

¿Y SI NADA HUBIESE OCURRIDO?
¿HABÍA MERECIDO LA PENA?

¿VOLVERÍA A REPETIRLO?

Pero ella ya sabía, que esas preguntas jamás tendrían respuesta.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Y sucedió.


Tal y como predije, pasó exactamente lo mismo que me imaginé.

No tuve fuerzas para negar sus abrazos, ni ganas de reprocharle todo el daño que me había causado. Ni siquiera las tuve para ser yo misma, pues muchas veces te dije tiempo atrás "Sólo soy yo cuando estoy contigo".

El problema radica principalmente en que la persona que vi este fin de semana no eras tú. Físicamente sí, claro está. Pero no eras tú. No vi esa ternura que te caracterizaba, ni esas sonrisas sinceras, ni esa luz en tus ojos, ni ese sentido del humor que tanta gracia me hacía.

Y por supuesto, como mencioné. Volviste. Volviste para recordarme lo bien que encajaban nuestros labios cuando me besabas, volviste para demostrarme que eras capaz de hacer trizas mi orgullo una y otra vez. Pero no sentí nada. Absolutamente nada.

Qué bien sienta respirar al fin libremente... Pensé que este día no iba a llegar jamás. Y al final, cuando menos lo he esperado... Ha ocurrido.

Te doy las gracias. Millones de veces. Gracias por todo. Pero sobretodo por demostrarme que la persona que amé ya no existe.


jueves, 13 de octubre de 2011

Tomorrow.


Apenas las 12 de la noche y ya siento como se desliza por mi garganta la 4º tila que me he tomado en menos de 3 horas.

¿Nervios? Sí. ¿Miedo? También.
¿De qué?

De no tener el valor suficiente para enfrentarme a él con la cabeza fría y los sentimientos bajo llave.

En 16 horas estaré allí.

Me marcho a vivir, mientras tanto, vivir vosotr@s.

El Lunes os cuento.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Volverá.


Volverá.

Pero no para quedarse. No para susurrarme en el oído que sólo me necesita a mí o para prometerme que nos queda una eternidad juntos.

No.
No es su estilo.
Nunca lo ha sido.

Volverá para recordarme lo infinitamente bien que encajan sus labios con los míos.
Volverá para demostrarme que es capaz de echar por tierra mis defensas tantas veces como yo jure haberle olvidado.

Volverá porque quiere.
Pero NO porque me quiera.



2 días...

lunes, 10 de octubre de 2011

Like a skyscraper...


A sólo 4 días y mi cabeza es un remolino de pensamientos, y mi cuerpo un manojo de nervios. Odio los días previos. No duermo, no como, las manecillas de reloj simplemente no avanzan...

Ni siquiera sé que haré después de 6 meses sin verte. ¿Lo más seguro? Te daré ese abrazo que llevo deseando darte desde ya ni recuerdo cuando, por todo lo que te he echado de menos, por todo lo que te he necesitado, y porque mi propio cuerpo me lo pide. ¿Nunca os ha pasado? ¿Que al abrazar a una persona en concreto la mente finalmente se queda en blanco, que sentís que al fin estáis en casa, y que pertenecéis al pequeño espacio entre sus brazos y él?

Y seguramente después de ese momento, me encantaría empujarte con todas mis fuerzas, incluso hasta hacerte daño, por todo lo que no me has dado estos meses, por todos los días que no has estado cuando más te he necesitado, por todas esas llamadas sin respuesta, por esa felicitación que no recibí el día de mi cumpleaños, por esos 3 meses que has estado sin darme señales de vida, por las lágrimas que he derramado, por todo el odio que llevo acumulado.

Y por último, me echaré a llorar. Lo sé. Pero no serán lágrimas de alegría o de tristeza, si no de liberación, de la frustración de haber tenido que callarme todo esto durante todos estos días y poder decírtelo finalmente. Y entonces es cuando me gustaría que me abrazases, que me pidieses perdón por todo el daño que me has causado y me jurases que nunca más vas a volver a hacerlo. Que me dijeses que te importo, ¿Sabes? Pero que te importo DE VERDAD.

Aunque como siempre, esto son cavilaciones. Finalmente acabaré abrazándote como una niña pequeña y sonriéndote con la mejor de mis sonrisas, feliz de volver a estar contigo, con mi amigo.

Entonces es cuando me doy cuenta de que la mente no está unida al corazón, ni viceversa. Que cada uno va por libre, y que cada uno te falla siempre en los momentos más importantes.

Pero como dice la canción:

Puedes tomar todo lo que tengo,
Puedes romper todo lo que soy,
Como si estuviera hecha de cristal, como si estuviera hecha de papel
Sigue adelante y trata de derrotarme,

Creceré desde el suelo... como un rascacielos

sábado, 8 de octubre de 2011

It's my time, it's my moment, It's MY LIFE.


Y es que... No todo son malos momentos y un sufrimiento continuo...

Porque sí, en 6 días te veré, pero también veré a una de las pocas personas que ha demostrado estar conmigo contra viento y marea, una persona que me ha hecho ver que no todo es blanco o negro, si no que también existe una amplia gama de grises. Mi amiga, la locura en persona, la misma que sé que si no sale todo bien cuando llegue ese día estará ahí para sacarme una sonrisa y no dejar que me venga abajo.

La verdad es que SÍ tengo ganas de que llegue el día, tengo ganas de disfrutar, de sentir el aire entrar en mis pulmones y expulsarlo al igual que haré con todos mis miedos. Quiero bailar hasta que no sienta los pies, quiero reír hasta que no pueda respirar, quiero disfrutar de ese fin de semana en compañía de la que a día de hoy, considero mi mejor amiga.

Y si él no quisiera escucharme, quisiera al menos volver a mi casa pensando que bueno, que él no estuvo ahí, pero que al menos, viví en compañía de las personas que más quiero las mejores fiestas de mi vida.

¿Egoísta? Pues sí. ¿Y?
Que más da. La vida es un constante ir y venir de personas y de emociones. Y creo que ya es hora de dejar a mi corazón y a mi alma vivir, pero vivir de VERDAD.

Además, me llevo a Michael conmigo. Y eso es un motivo más para ser feliz.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Masoquismo.


Que no, que no sé que va a pasar.

No sé cual será mi reacción cuando escuche ese sonido de pasos que tengo tan bien guardados cruzar por el umbral del hotel.

No sé que sentiré cuando tu mirada se cruce con la mía después de 5 meses sin verla.
No sé si te abrazaré, si me echaré a llorar de pura frustración, o si me quedaré estática en mi sitio, sin saber cómo reaccionar.

Ni siquiera sé si sentiré algo. Quiero creer que no, y el no estar segura de eso mismo es lo que no me deje dormir por las noches. No podría soportar marcharme de allí tras 3 días pensando "¿Otra vez caí?"

No puedo ni imaginarme el tormento de lo que sería pasarme más meses en vela pendiente del teléfono móvil, sin poder dormir, prácticamente sin poder vivir mi vida. De repetirme una y otra vez "tengo que salir de esto", y que tu recuerdo me lo impida.

No podría pasar por eso otra vez más. Ya lo hice una vez, ya tuve el valor de enfrentarme a ti después de haberme prometido firmemente que ya no formabas parte de mis sentimientos. Y fallé. Ahora que creo tenerlos de nuevo bajo control, difuminándose debido al paso de los meses, si volviese a caer...

Tengo que decirme una y otra vez a mí misma que tengo que ser fuerte, que no puedo permitir que pisotees mi orgullo una vez más.

Pero si no quiero caer, si no quiero sentir, si no quiero sufrir, si no quiero llorar...

¿Para qué voy a ir a verte?


Esa es la pregunta. La pregunta que me temo que nunca jamás tendrá respuesta.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Porque las cosas más simples siempre fueron las más importantes.



Así era él: La locura en persona. Nunca se le veía de mal humor. Y si lo estaba, siempre tenía una sonrisa para disimularlo. No dejaba que nada le afectase. Y es que... ¿No era mejor enfrentar a los problemas con humor?

Y esa alegría, esas ganas de pasárselo bien, me las contagiaba siempre. Aunque yo tuviese uno de mis días malos, era imposible estar alicaída en su compañía.

Aún recuerdo con cariño esos ataques de risa que nos entraban en las céntricas calles de Madrid. Esos en los que tenía que apoyarme sobre él para no desplomarme en el suelo. Esos en las que la gente que se nos cruzaba nos miraban pensando que estábamos borrachos y hacían una mueca de disgusto. ¿Te acuerdas? Estoy segura que sí.

Eso es lo que más echo de menos. Porque no necesitábamos nada más que un par de coca colas y muchas horas por delante. Y muchas, muchas ganas de reír.

Y la verdad es que... Contigo a mi lado aquellos días grises se disfrazaron de azul en muchas ocasiones, y eso... Siempre te lo agradeceré.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El tiempo es el único capaz de cambiar el rumbo de la historia.




Dicen que sólo puede volver quien se ha marchado.

Pero hace mucho que te marchaste, y empiezo a dudar que volverás algún día.

Espero que la persona que eras la tengas bien guardada dentro de ti, que no dejes que se pierda, pues aún tengo la esperanza de que en una semana, en un mes, en un año, en cinco... No importa, rezo porque vuelva.

¿Qué habrá sido de mí para entonces? No lo sé. Puede que mi vida haya dado un giro de 180º, o que siga preguntándome como estás. Puede que en la mañana que menos me espere suene el teléfono, y te oiga decir al otro lado de la línea "He vuelto"

Pero ese momento aún no he llegado. Y aunque tú hayas cambiado, yo sigo siendo la misma chica que espera que, en algún momento, seas feliz.

Ojalá algún día leas todo esto. Quizás entonces, puedas entenderme.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

Open my eyes



Y te das cuenta, tras una charla telefónica después de tantos meses, que lo bonito no es ilusionarse, o notar como una sonrisa aparece en tu cara y sientes que no se te va a ir de ahí nunca.

Lo bonito es que el tiempo te hace fuerte, valiente. Y aunque sigas estremeciéndote ante sus recuerdos, ya no te cuesta decirle las cosas como de verdad las piensas, ya no tienes miedo de ser sincera, de enfadarte si tienes que hacerlo, y de reprocharle actitudes que te han hecho daño.

Y la conversación se queda a la mitad una vez más, pero cuelgas el teléfono, suspiras, y sonríes al ver como poco a poco, vas soltando lo que tanto tiempo has estado callando. Y eso te hace feliz, inmensamente FELIZ.

domingo, 21 de agosto de 2011

Miss...

Echo de menos tantas cosas...

sábado, 6 de agosto de 2011

Has perdido lo poco de hombre que te quedaba...

Si es que alguna vez lo fuiste. Empiezo a pensar que viví engañada todo el tiempo que pasé contigo. Fuiste tiempo perdido. Vuelves y desapareces cuando te apetece. Llamas un día a las dos de la madrugada, cual desesperado que echa de menos a alguien que ha querido. Y vuelves a desaparecer, porque esa es tu solución para todo: desaparecer, huir.

Tú eres el que metió la pata una y otra vez, el que quiso que las cosas cambiaran. Tú me diste motivos (tal vez falsos) para luchar por ti. Debería haber sido al revés, ¿Sabes? Tú tendrías que haber luchado por mí, si es que te importaba algo.

Tu recuperaste la magia y te la volviste a llevar en apenas meses. Tu maldita manía de decir las cosas y no dar señales de vida en meses. Tu maldita manía de hacer daño. No va a cambiar nada. Ya no.

Pero deberías haber demostrado un mínimo de esa sinceridad de la que tanto alardeabas y decirme por qué.

Cobarde. Maldito cobarde.

lunes, 18 de julio de 2011


Y ahora, sola frente al ordenador y una vieja canción, siento la necesidad de dejar aflorar mi miedo.

¿Amor? No amigos no... El amor es un sentimiento puro, lleno de belleza y cargado de sentimientos sinceros. Lo que yo siento es miedo. No el miedo que se siente cuando ves una película de terror que te impide dormir por las noches.

No. Mi miedo es mucho peor. Es cruel, devastador, sin un ápice de compasión. Es un miedo que se esconde bajo mi pecho desde hace ya año y medio, pero que se encuentra más latente estos últimos meses. Un sentimiento que sólo puedo combatir yo misma, porque ni siquiera puedo comunicártelo, no puedo decirte "Tengo miedo" y mucho menos pedirte que me respondas lo que ahora más que nunca ansío escuchar, unas palabras que podrían abatir ese miedo y dejar descansar mi mente.

Palabras que no dejo de imaginar el momento en el que me las dirás, con una de tus sonrisas y con tu siempre mirada fija, a la vez que tomas mi mano y pones el grito en el cielo diciendo:

-"Pero Isa... ¿Estás tonta? ¡Claro que eres mi amiga, claro que te quiero! Y eso no va a cambiar... Aunque pasen más de 1000 años."

Cuánto echo de menos aquellos momentos que vivimos juntos el verano pasado, cuánto....

domingo, 26 de junio de 2011

It's always de same history...

Es así... Cuando creo que vas a desaparecer de mi vida un tiempo indefinido, allí estás tú haciendo acto de presencia justo en el último momento.

Ayer, fueron 2 llamadas.
Y justo hoy, me siento, reflexiono e intento encontrar en qué momento comenzó esto, en qué momento te convertiste en la más hermosa de las pesadillas.

Hubiese dado todo porque hubiese sido diferente, que ambos hubiésemos respetado los límites de la amistad, pero no ha sido así.

Aunque como dice una frase... "No cambiaría este dolor por nada del mundo", por paradójico que esto pueda sonar.

Lo que me hace reír, lo que me hace llorar, lo que me hace estar en un "sin vivir" todos y cada uno de los días, mi tortura, mi condena, pero también ese "algo" sin el cual, nada tendría sentido.

No espero que entiendas mis palabras, pues una vez más, me vuelvo a ver en un cruce de caminos, en el que es mi decisión saber elegir que ruta tomar aún a sabiendas de que no podré retroceder. Y me doy cuenta, de que haga lo que haga, piense lo que piense, y diga lo que diga, cualquiera de los caminos me llevara ti.

sábado, 23 de abril de 2011

Cuando tienes demasiadas cosas en la cabeza, desearías sacarlas una por una, mirarlas desde fuera, y tomar esa ansiada decisión que llevas buscando meses y que nunca aparece.

O también apretar el botón "Eliminar" y hacer desaparecer todos tus temores, miedos y angustias, los mismos que no te dejan dormir por las noches, ni reír hasta llorar.

¡Qué sencillo sería decir "Desconectar" y desaparecer así de la faz de la tierra, para aparecer después sólo cuando tú lo deseases!

Por eso, cuando veo a los niños jugar al escondite, los envidio. Ellos se esconden, se tapan la cara con las manos, y están convencidísimos de que no están, hasta que les descubren, o sencillamente hasta que se aburren.

Ojalá yo pudiese hacer lo mismo...

¿Qué me pasa? Ojalá lo supiera...
Supongo que, al igual que muchas personas, alzo la mirada al cielo y busco en él ese "algo" que le falta a mi vida. Ese "algo" que lo cambie todo. Ese "algo" que me haga despertarme con una sonrisa, que provoque que mi corazón de volteretas mortales, que me haga vivir.

Ya no sé cuántas veces más tendré que llorar hasta que aparezca.
Michael, mi querido Ángel... Ven pronto, y abrázame de nuevo, como antes hacías cuando te necesitaba, te necesito tanto...

martes, 19 de abril de 2011

:)


Y es que un año después... sigues siendo parte de mí.
Ya no como antes, claro. Ya no llorándote cada noche, soñando con tu voz...

Pero sí echándote de menos y deseando volver a verte para llorar de la risa.

+ Es que Isa... ¡Un año ya...! ¡Y cuántas cosas hemos pasado juntos! Aún recuerdo cuando venías a verme a la puerta de atrás del Lope de Vega, o cuando en verano me llevaste una tarta riquísima deseando mi recuperación con lo de las muelas...

- Fue difícil Fran... Intentar pasar de ser fan de Forever a ser tu amiga.

+ A mí también me costó abrirme de esa manera... Pero lo hice. Y no me arrepiento

- :)

+ Te quiero Isa, para mí siempre serás mi pequeña niña de Madrid.

Dicen que nada dura eternamente... Déjenme discrepar en esta ocasión.

lunes, 24 de enero de 2011

Sonrisas


Una gran amiga mía me dijo una vez que la felicidad era como una tableta de chocolate...que no se podía tener entera, pero sí disfrutarla pedazo a pedazo, de ese modo, por pequeño que fuese, nos dejaría un perfecto sabor de boca.

Hoy, he dado un mordisco más a la felicidad.
Hoy, he vuelto a escuchar tu voz.
Hoy, te he hecho reír.

Y eso para mí, es más de lo que puedo pedir. Hacer reír a la gente, es algo que me hace feliz. Pero hacerte reír a ti, va más allá de cualquier felicidad posible.

No importa cuántas lágrimas derrame, cuántas horas de mi vida giren en torno a ti, si al final merecen la pena.

Te dije una vez: No estaré siempre que me necesites... Estaré SIEMPRE, aunque no me necesites.

Y va a ser así...hasta el final.
Hasta nuestro próximo encuentro, FRAN (L)