Hoy se hacen 8 meses y 7 días que formas parte de mi vida.
Todavía recuerdo aquellas primeras frases que cruzamos por msn “hola, tú eres Alex?” “sí, y tu eres Isa, la que perdió el móvil, verdad?” suelo odiar ser tan despistada, pero he de sentirme sumamente dichosa por haber tenido aquel despiste, de lo contrario, no sé si algo de esto habría ocurrido…
Recuerdo aquella semana como una de las mejores…los días pasaban muy lentamente y yo no tenía otra cosa en la cabeza que no fuera encender el ordenador para poder hablar contigo aunque fueran unos minutos. Recuerdo como me pasaba horas y horas seguidas sentada frente a esta misma pantalla esperando verte aparecer, recuerdo el hormigueo que me subía por la espalda cuando simplemente me saludabas, o cuando teníamos aquellas conversaciones sin sentido ni ningún tipo de lógica. Eramos como dos niños pequeños conociéndose, sin segundas intenciones, sin maldad…simplemente teníamos ganas de saber el uno del otro.
El primer día que quedamos para mí fue único. Aún no puedo evitar sonreir cuando vienen a mi memoria aquellas 6 horas que pasamos juntos. Fue una sensación única, y por primera vez, no sentí que hubiera ningún trasfondo detrás de tus palabras y tus sonrisas. Me sentía feliz, ilusionada como hacía tiempo que no lo estaba…pero sobre todo, y eso no se podrá cambiar, recuerdo ese día con afecto por el simple hecho de que me hiciste reír a carcajada limpia, y eso no me pasaba desde hacía meses…
¿Y aquel sábado? Te acuerdas cuando me tropecé y me agarraste por la cintura?¿recuerdas aquel enorme paseo que nos dimos?
Te preguntarás como posible aguanté tanto tiempo caminando si hoy en día soy muy perezosa, y me cansa hasta caminar una calle. Pues muy simple: aquel día no pisaba el suelo, porque estaba flotando…no sentía nada más que no fueran tus palabras, a tus miradas, tus sonrojos, tu risa…
Y el domingo… ese beso que te dí…nunca he sido de lanzarme, y lo sabes, porque soy muy reservada para esas cosas, pero sentí que tenía que dártelo. Me había dado cuenta en aquella semana que tu rostro, tu cuerpo, tu sonrisa, tu voz…me pertenecía. Me convencí a mi misma de que estabas hecho para mí, y que tendría que conseguirte al precio que fuera, porque tú, y sólo tú, eras el único capaz de hacerme feliz, el único capaz de hacerme sonreír y hacerme sentir especial…¿egoísmo? Puede ser.
Hoy, 8 meses y una semana después, no me arrepiento absolutamente de NADA de lo que ocurrió, ya fuera bueno o malo.
Y si te queda alguna duda te diré que hoy, 8 meses y una semana después, sigo plenamente enamorada de ti y sigo sintiendo que tú eres el único. Él único que puede hacerme feliz. Él único que puedo hacerme volar, pero ante todo, el único que puede conseguir que sea yo misma.
Te amo.
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