-Cada vez tengo más claro que soy adicta al dolor.
- ¿Adicta al dolor?
-Sí, al exquisito dolor de amar a alguien inalcanzable

viernes, 3 de diciembre de 2010

Sólo una carta más


Hoy, después de hablar contigo unos 5 minutos, y de colgar con una sonrisa, como siempre, me he dado cuenta de un detalle.
Ya son 9 los meses que formas parte de mi vida, 9 meses desde que vi esa mirada tan transparente que te caracteriza y esa sonrisa que aún hoy provoca que me tiemblen las rodillas. 9 meses en los cuales, no he dejado de querer y necesitarte a cada momento.

Miles de recuerdos revolotean por mi mente, provocando en mí continuas series de escalofríos y de sonrojos. Recuerdo la vez que me presenté con una sonrisa, la vez que te regalé aquel osito de peluche, y tu lo miraste, sonreíste, me miraste y dijiste "Muchísimas gracias. A partir de ahora vas a ser mi niña". O nuestro primer encuentro fuera del musical, mientras tomábamos aquel café y mencionaste por vez primera que era tu amiga. O el día que finalizó el musical y tú me juraste que no íbamos a perder el contacto, que volveríamos a quedar... y de qué manera. Aquel 25 de Junio siempre marcará un antes y un después desde que nos conocimos, al menos para mí. Aún me estremezco al recordar el tacto de tu mano sobre la mía durante aquella cena, de aquellas miradas dulces, pero a la vez ardientes que me hacían sentir que no había nadie a nuestro alrededor, la promesa de una conversación pendiente. Hubo más días, miles de momentos similares que siempre recordaré, como cuando me besaste en aquella céntrica calle de Madrid delante de mis amigas. Un beso corto cual suspiro, pero intenso como siempre había soñado.

Pero como en todo comienzo de lo que excede del concepto de "amistad", descubrí que no era la única a la que mirabas, a la que besabas, o a la que hacías sentirse especial. Sí, era algo demasiado perfecto como para que fuera para mí, ¿verdad?

Aún así, y pese a todo, no me rendí. Jamás lo hice. En todo este transcurso de tiempo he visto como nuestra amistad ha ido evolucionando poco a poco, paso a paso, a pesar de la distancia que nos separa. Ahora sé a ciencia cierta que si me derrumbo, tu estarás ahí para secar mis lágrimas, y tú sabes que yo estaré siempre para sacarte una sonrisa.

Pensarás que no es la más perfecta historia de amor, ni acaba con un beso ni un "vivieron felices para siempre". En eso tienes razón. Pero es que a nuestra historia aún le quedan páginas por rellenar, aún quedan miles de suspiros, de sonrisas, de palabras sin sentido que me harás soltar. Aún queda la promesa de esos 4 días que vamos a pasar juntos, sin separarnos el uno de otro.

Y hoy mismo, después de hablar contigo unos 5 minutos, has dicho lo siguiente.
-Muchas gracias Isa. Lo que has hecho por mí todo este tiempo, no tiene nombre.

Yo he colgado con una sonrisa en el rostro, la misma que esbocé cuando nos conocimos por primera vez, y en un susurro casi inaudible he murmurado:
-La oportunidad de dejarme formar parte de tu vida, tampoco.

9 meses. ¿Algo que decir después de todo este tiempo? Hoy lo tengo más claro que nunca.
Te quiero Fran, y siempre lo haré.

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