Ya falta menos.
"Lo que no te mata te hace más fuerte"
Pero él se había encargado de sobrepasar el límite de su paciencia cientos y cientos de veces. De hacerle creer que para él, ella es alguien. De desaparecer durante meses. De volver a aparecer en el último momento. De aparecer, de esconderse. De su "Ni contigo ni sin ti". Llevaba jugando a lo mismo tanto tiempo...
Así que se marchan. Cada uno por un camino diferente, como había sucedido aquellos 2 años anteriores. Ella y sus amigos emprenden el camino hacia el coche, pues tienen que volver ya a casa. Y mientras caminan, contentos por haber pasado un rato tan agradable, ella se queda un par de pasos atrás, reviviendo una y otra vez ese abrazo que han compartido, en su mente. Si se concentra, aún puede sentir la presión de los brazos de él alrededor de su cintura, o ese perfume que tanto la enloquece. No puede evitar sonreír y sentir como una lágrima cae lentamente por su mejilla. La atrapa entre sus dedos antes de que sus amigas se den cuenta, y se une rápidamente a sus pasos.
Le ama. Esa es la verdad.
Hoy no me apetece hacer comparaciones, no tengo ganas de intentar desenmarañar todos los sentimientos que se encuentran en mi cabeza. No tengo ganas de negar nada, ni de rendirme ante nada. No tengo ganas de negar algo que es evidente desde hace mucho tiempo. Casi 2 años.
Ha pasado casi un mes desde la última vez que escribí aquí... Y nada ha cambiado. Han habido días de querer tirar la toalla y otros en los que su voz era lo que más echaba de menos. Me he dado cuenta en todo este tiempo que no hay decisión posible que no vaya a cambiar. En parte porque él es así y porque yo también lo soy: Inestable y voluble.